La Casa de Godoy o Cortijo de Torres: historia viva en el corazón de Montiel
En el término de Montiel, en un paisaje donde las colinas parecen custodiar silencios milenarios, se alza la Casa de Godoy, también conocida como Cortijo de Torres. Esta casona del siglo XVIII es un símbolo de la historia profunda del Campo de Montiel, un lugar donde confluyen la arqueología, la tradición literaria y la memoria política de España.
Un enclave que se pierde en el “túnel del tiempo”
Una inscripción grabada en la propia casa resume la esencia del lugar:
“Las fincas de El Toconar y Torres se pierde en el túnel del tiempo. Primero por sus hallazgos arqueológicos que demuestran la existencia del hombre prehistórico en las laderas de sus colinas y en diferentes puntos de estos parajes.”
Los restos hallados en la zona —útiles prehistóricos, cerámicas y estructuras antiguas— confirman que estas tierras estuvieron habitadas desde épocas remotas. También se conservan vestigios que apuntan a una posible muralla romana, integrada hoy en la arquitectura del cortijo, y que refuerza la importancia estratégica de este enclave a lo largo de los siglos.
La Dama de Torres y la arqueología del lugar
Entre los hallazgos más singulares destaca la conocida Dama de Torres, una escultura de origen ibérico de la que solo se conserva una de las dos piezas halladas. La otra, según la tradición oral, desapareció hace décadas. Esta escultura constituye una prueba más del carácter histórico y cultural del paraje, donde confluyen vestigios de comunidades prerromanas, romanas y medievales.
Torres y la tradición cervantina
La inscripción continúa mencionando uno de los aspectos más sugestivos del lugar:
“En el Siglo de Oro Español, con la llegada a la aldea de Torres de Miguel de Cervantes (según cuenta la tradición), se inspiró en un personaje natural de dicha aldea, llamado Alonso Quijano o Quijada, para darle vida a su inmortal obra: Don Quijote de La Mancha.”
Aunque no existe constancia documental de un viaje de Cervantes a este enclave, la tradición popular del Campo de Montiel sostiene que pudo inspirarse en un personaje local —Alonso Quijano o Quijada— para crear al protagonista de su obra cumbre. Documentos del siglo XVI hacen referencia a familias con dichos apellidos en la zona, alimentando así una hipótesis literaria que continúa siendo motivo de estudio y debate.
El siglo XVIII: la huella de Manuel Godoy
En el siglo XVIII, las fincas de El Toconar y Torres pasaron a manos de Manuel Godoy, Duque de Alcudia y de Sueca, Príncipe de la Paz y valido de Carlos IV. Su nombre marcaría para siempre el destino del cortijo.
La casa funcionó como residencia solariega, un lugar de retiro para el poderoso ministro, que disfrutaba allí de sus jornadas de descanso y de su afición a la caza. Las paredes del edificio aún conservan escudos y blasones que recuerdan la importancia de quienes habitaron sus estancias.
Escudos, muros y silencios del pasado
El visitante atento puede descubrir varios elementos que muestran la riqueza histórica del enclave: escudos nobiliarios en puertas y ventanas, restos de muros antiguos posiblemente romanos y trazas arquitectónicas propias de las grandes casas rurales del siglo XVIII. Cada detalle cuenta una historia distinta, formando un mosaico de épocas superpuestas que confieren al cortijo un valor único.
La alberca que nunca deja de manar
Dentro de la finca se encuentra también una alberca o aljibe agrícola, abastecida por un pequeño manantial que fluye de manera continua. Este elemento, sencillo pero imprescindible, es testimonio del aprovechamiento tradicional del agua y de la importancia de la actividad agrícola en el Campo de Montiel.
Un lugar que merece ser redescubierto
La Casa de Godoy o Cortijo de Torres es mucho más que una casona del siglo XVIII. Es un punto de encuentro entre:
- La Prehistoria
- La cultura íbera
- La presencia romana
- Las tradiciones cervantinas
- La historia política de la España ilustrada
- La vida agrícola y rural del Campo de Montiel
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