Día de la Constitución Española: historia, significado y reflexiones 47 años después
Cada 6 de diciembre, España celebra el Día de la Constitución, una fecha que conmemora el referéndum de 1978 en el que la ciudadanía aprobó, de forma masiva, el texto que marcaría el inicio definitivo de la democracia moderna. Lejos de ser un acto meramente simbólico, esta jornada invita a revisar la historia reciente, valorar el pacto que permitió la convivencia y reflexionar sobre los desafíos que siguen presentes en la sociedad española.
De la dictadura a la democracia: el camino hacia la Constitución
La muerte de Francisco Franco en 1975 abrió un periodo decisivo: la Transición Española, un proceso político que debía transformar un régimen autoritario en un sistema democrático homologable a Europa. La figura del rey Juan Carlos I y el liderazgo del presidente Adolfo Suárez fueron fundamentales para encauzar un cambio que, si bien complejo, se llevó a cabo con notable estabilidad.
La Ley para la Reforma Política de 1976 desmanteló legalmente la estructura del franquismo y permitió la legalización de partidos políticos —incluidos PSOE y PCE—, así como la celebración de las primeras elecciones democráticas desde 1936 el 15 de junio de 1977. Aquellas elecciones dieron lugar a las Cortes Constituyentes, encargadas de elaborar una nueva Carta Magna.
La Ponencia Constitucional: el consenso como base
La Constitución se redactó a través de una comisión formada por siete diputados conocidos como los “Padres de la Constitución”: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, José Pedro Pérez-Llorca, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura, Manuel Fraga y Miquel Roca.
Representaban ideologías muy diversas, desde la izquierda comunista a la derecha conservadora, pasando por nacionalistas y socialdemócratas. Esa heterogeneidad convirtió al texto constitucional en una obra de consenso histórico, señalada por muchos como una de las claves del éxito de la Transición.
El referéndum del 6 de diciembre de 1978
El anteproyecto fue debatido, corregido y finalmente presentado a la ciudadanía. El resultado del referéndum fue el siguiente:
- Participación: 67,11%
- Votos a favor: 87,78%
- Votos en contra: 7,89%
- Blancos: 3,53%
- Nulos: 0,80%
El amplio respaldo social confirmó el deseo mayoritario de avanzar hacia un sistema democrático estable, moderno y homologado a las democracias occidentales. La Constitución fue promulgada el 27 de diciembre y entró en vigor el 29.
Los pilares de la Constitución de 1978
La Carta Magna asentó los cimientos del actual sistema democrático español:
- Estado social y democrático de derecho
Reconoce que la soberanía reside en el pueblo español y establece que la ley es el marco superior de convivencia.
- Separación de poderes
La división entre Legislativo, Ejecutivo y Judicial busca garantizar el equilibrio institucional.
- Monarquía parlamentaria
El Rey actúa como jefe de Estado, pero sin poder ejecutivo. El Gobierno es responsable ante el Parlamento.
- Derechos fundamentales
Libertad de expresión, libertad religiosa, derecho a la educación, tutela judicial efectiva, participación política y muchos otros.
- Estado de las Autonomías
Reconoce nacionalidades y regiones, y establece un modelo territorial descentralizado que continúa siendo objeto de debate.
Reformas y debates constitucionales
A pesar de su estabilidad, la Constitución ha sido modificada dos veces:
- 1992 (Art. 13): voto de ciudadanos europeos en elecciones municipales.
- 2011 (Art. 135): principio de estabilidad presupuestaria y prioridad del pago de la deuda.
A ello se suman debates actuales sobre posibles reformas en el Senado, la actualización del lenguaje, el blindaje de derechos sociales o la redefinición del sistema territorial.
El artículo 14 y la percepción ciudadana sobre la justicia
Uno de los artículos más citados y debatidos es el Artículo 14, que afirma:
“Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.”
Esta reflexión forma parte del debate democrático saludable que acompaña a toda sociedad avanzada.
47 años después: celebrar, valorar y mejorar
El Día de la Constitución no es únicamente una celebración institucional. Es, sobre todo, una oportunidad para recordar el valor del acuerdo que permitió cerrar décadas de enfrentamiento y abrir una etapa de libertad y convivencia. También es un momento para analizar qué aspectos funcionan, cuáles deben actualizarse y cómo seguir fortaleciendo una democracia que, como cualquier construcción humana, está en evolución permanente.
La Constitución de 1978 fue, y sigue siendo, un hito histórico. Pero su fuerza real depende de que sus principios se cumplan, se respeten y se adapten a las necesidades de cada generación.
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