Descubriendo desde el cielo el embrujo de la plaza, el barrio y la Iglesia de la Trinidad, en Villanueva de los Infantes…
Construida como iglesia conventual de los frailes trinitarios tras su fundación en 1603 por el beato Juan Bautista de la Concepción, la iglesia adopta la tipología barroco-clasicista de la transición al siglo XVII: sillería almohadillada, pilastras dóricas, frontón triangular… arquitectura que habla de fe, oficio y contemplación.
En su interior conserva una extraordinaria talla barroca del “Jesús Rescatado” y los restos de San Víctor Mártir, traídos desde Roma en 1713 gracias al capitán Andrés Mexía Calero.
Y es que esta plaza y esta iglesia no son meros monumentos: son el corazón de la memoria de un pueblo. Desde su encantadora plaza, donde la arquitectura y el ámbito urbano se funden en silencio y piedra, hasta el vuelo majestuoso que hoy inmortaliza su perfil, cada ángulo invita a la pausa, al remanso, al asombro.



0 comentarios:
Publicar un comentario